Con motivo del Día Internacional del Síndrome de Down, queremos compartir un vídeo y alguna información con todos vosotros...
En este enlace adjuntamos un vídeo para toda la familia, explica de manera sencilla qué es el Sindrome de Down:
https://youtu.be/TEXcnUF3qZY
El
síndrome
de Down
es una alteración genética que se produce por la presencia de un
cromosoma extra (el cromosoma es la estructura que contiene el ADN) o
una parte de él. Las células del cuerpo humano tienen 46 cromosomas
distribuidos en 23 pares. Uno de estos pares determina el sexo del
individuo, los otros 22 se numeran del 1 al 22 en función de su
tamaño decreciente. Las personas con síndrome de Down tienen tres
cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen
habitualmente; por ello, este síndrome también se conoce como
trisomía 21.
El
síndrome de Down es la principal causa de discapacidad intelectual y
la alteración genética humana más común. Se produce de forma
espontánea, sin que exista una causa aparente sobre la que se pueda
actuar para impedirlo. Se produce en todas las etnias, en todos los
países, con una incidencia de una por cada 600-700 concepciones
en el mundo. Únicamente se ha demostrado un factor de riesgo, la
edad materna (especialmente cuando la madre supera los 35 años) y,
de manera muy excepcional, en un 1% de los casos, se produce por
herencia de los progenitores.
El
síndrome de Down no es una enfermedad. Tampoco existen
grados de síndrome de Down, pero el efecto que la presencia de
esta alteración produce en cada persona es muy variable. Las
personas con síndrome de Down muestran algunas características
comunes pero cada individuo es singular, con una apariencia,
personalidad y habilidades únicas. Los bebés con síndrome de Down
tendrán muchos rasgos físicos propios de su familia, además de los
característicos de las personas con síndrome de Down y algún grado
de discapacidad intelectual. Su personalidad, aficiones, ilusiones y
proyectos serán los que verdaderamente les definan como personas y
su discapacidad será sólo una característica más de su persona.
DOWN ESPAÑA ha editado una guía para ayudar a los padres a entender
qué es el síndrome de Down y qué implica para el bebé esta
discapacidad. Se puede descargar desde el siguiente enlace: Somos
padres de un bebé con síndrome de Down.
Se estima que en España viven unas 34.000 personas con síndrome de
Down, y un total de seis millones en el mundo. Los cálculos indican
que entre el 30% y el 40% de las personas con discapacidad
intelectual tienen síndrome de Down. La esperanza de vida de una
persona con síndrome de Down ha aumentado considerablemente
situándose en torno a los 60 años en la actualidad.
El
síndrome de Down debe su nombre al apellido del médico
británico John Langdon Haydon Down, que fue el primero en
describir en 1866 las características clínicas que tenían en común
un grupo concreto de personas, sin poder determinar su causa. Sin
embargo, fue en julio de 1958 cuando el genetista
francés Jérôme Lejeune descubrió que el síndrome consiste
en una alteración cromosómica del par 21. Por tanto, la trisomía
21 resultó ser la primera alteración cromosómica hallada en el
hombre.
El
diagnostico del síndrome de Down puede hacerse antes del parto o
tras él. En este último caso se hace con los datos que proporciona
la exploración clínica y se confirma posteriormente mediante el
cariotipo, esto es, el ordenamiento de los cromosomas celulares, que
nos muestra ese cromosoma extra o la variedad que corresponda.
Las
pruebas prenatales pueden ser de sospecha (screening) o de
confirmación. Estas últimas se suelen realizar únicamente si
existen antecedentes de alteraciones genéticas, si la mujer
sobrepasa los 35 años o si las pruebas de screening dan un riesgo
alto de que el feto presente síndrome de Down. Esto explica, en
parte, que más de dos tercios de los casos de nacimientos con
síndrome de Down ocurran en mujeres que no han alcanzado dicha edad.
Al
igual que el síndrome de Down, la mayoría de las alteraciones
congénitas diagnosticadas gracias a pruebas prenatales no pueden ser
tratadas antes del nacimiento.
Este
hecho, unido al pequeño riesgo de aborto espontáneo que conllevan
las pruebas de confirmación, hace que muchas mujeres opten por no
llevar a cabo estos exámenes, tema éste que la mujer debe debatir
con su médico de confianza.
En
cualquier caso, el diagnóstico prenatal puede ayudar a los padres a
prepararse emocionalmente para la llegada de un hijo con discapacidad
intelectual y dispensarle así, desde un principio, el cariño y los
cuidados especializados que requiere.
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